¿Despierta Caravaca? Despierten ustedes
Ni está ni se le espera. Esta expresión, que forma de nuestro vocabulario, y que bien podría aplicarse a la nula iniciativa del Gobierno socialista de Caravaca, en esta ocasión me ha venido a la cabeza para referirme a las Ordenanzas municipales.
Resulta inaudito que el equipo de Gobierno no haya presentado ni una sola modificación ni propuesta para ser incluida en las ordenanzas municipales. No creo que tal circunstancia se haya producido en muchos ayuntamientos de España y menos aún cuando se trata de un Gobierno municipal de un signo político opuesto al que vino gobernando durante las cuatro últimas legislatura. Además, y teniendo en cuenta las pocas modificaciones realizadas el pasado año, ya que no entraron en vigor por aprobarse fuera de plazo. Recordemos que la única modificación que sí estaba en plazo era una subida del tipo impositivo del IBI del 0.58 al 0.68 que afortunadamente para los caravaqueños fue tumbada por los todos los grupos de la oposición.
Las ordenanzas son fundamentales para la gestión de todo el municipio, son como las ‘leyes locales’ que recogen la reglamentación y las normativas relacionada con la economía y la vida local. Es la herramienta básica que tiene un Gobierno local para mejorar la calidad de vida de sus vecinos. Con ellas se regulan aspectos que nos afectan a todos, como los impuestos, el comercio, las normas de convivencia, la limpieza, la tenencia de animales, etcétera.
Desde el Grupo Popular, dentro de nuestras limitadas posibilidades y cumpliendo con nuestra promesa de oposición constructiva, nos hemos atrevido a presentar de forma humilde una serie de reformas a las Ordenanzas municipales y la creación de otras para debate en el Pleno del Ayuntamiento y siempre entendiendo que es una propuesta abierta a las aportaciones de todos los grupos políticos que conforman nuestro Ayuntamiento. Modificaciones en las ordenanzas fiscales que van desde la eliminación de la tasa de licencia de apertura de nuevos negocios o mejora y ampliación de los mismos, a medidas que incentiven la economía turística; bonificaciones en el recibo del IBI a los establecimientos hoteleros que acrediten su apertura durante el Año Jubilar 2017, promover bonificaciones para apertura de comercio minorista y hostelería y con bonificaciones especiales para actividades declaradas de especial interés por la creación de empleo.
Hablamos de revitalizar el casco histórico, pero para ello hay que crear las condiciones para que la gente viva ahí, y para ello es fundamental que exista vida económica y comercial en esos barrios y que existan facilidades para rehabilitar una casa en esas zonas. Para ello también hemos planteado una serie de medidas consistentes en bonificaciones del IBI y en el impuesto de Construcciones y Obras, e igualmente en pedanías, si queremos fijar la población al territorio y que no se vean despobladas las zonas rurales en las próximas décadas.
Otras propuestas de reformas de Ordenanzas se extienden a fomentar la inclusión de personas en riesgo de exclusión social al mercado laboral; regular el uso, mantenimiento y protección de los espacios verdes como el de las Fuentes del Marqués y las Tosquillas de Barranda y a regular el consumo de alcohol en la vía pública y evitar su consumo entre los menores de edad ante el fenómeno social del botellón.
También se deben afianzar y hacer cumplir Ordenanzas que están en vigor como las que se refieren a la tenencia responsable de animales (hay que sancionar a quien no recoja los excrementos de su perro en la calle), la publicidad en la vía pública (carteles del propio Ayuntamiento en monumentos) y la administración electrónica.
Cuesta entender tal pasotismo o nula iniciativa por parte de un Gobierno local que sólo está cerca de dos años ejerciendo. Un Gobierno que pidió en las elecciones la confianza con una promesa de cambio, pidiéndoles a los vecinos que despertaran de su letargo, cual si de gigantes festeros se tratara. ¿Despierta Caravaca? Despierten ustedes.
